Este
drama requiere de cinco personajes a parte del narrador.
·
Carlos es el sobrino de Don Diego.
Contrasta su valor en la batalla y su timidez ante su tío Don Diego. Es un
joven apasionado y valiente que se ve obligado a someter su amor al deber
filial. Paquita se refiere a él como Don Félix, ya que él así se presentó ante
ella cuando se conocieron.
·
Paquita o Francisca no es
capaz de demostrar sentimientos por su educación y esto la llevará a arriesgar
el amor que siente por Don Carlos.
·
Don Diego, de 59 años
de edad y tío de Don Carlos, es el personaje que desencadena la acción porque
está comprometido con Doña Paquita, mucho más joven que él. Se le puede
considerar el verdadero protagonista de la obra y representante de la razón.
·
Doña Irene, madre de
Doña Paquita, representa un personaje que refleja la autoridad de los padres de
la época sobre sus hijos, exigiendo a su hija que se case con el adinerado Don
Diego a pesar de no conocerlo en persona.
·
Rita es la criada de Doña Irene.
·
Simón es el criado de Don Diego.
·
Calamocha, es el
criado de Don Carlos.
NARRADOR: Estimado
público la obra que vamos a escenificar pertenece al autor Leandro Fernández de
Moratín, obra Titulada “El sí de las niñas” trata de Francisca, muchacha de
16 años educada en un convento, está prometida en matrimonio con don Diego de
59 años, por deseo de su madre doña Irene, pero don Diego renuncia al
compromiso porque se entera que su sobrino
Carlos, estaba enamorado de
Francisca entonces don Diego se hace a un lado y permite el matrimonio de los
jóvenes.
Escena XIII Acto 3 : Este es el momento cuando:
Sale CARLOS del cuarto precipitadamente; coge de un
brazo a DOÑA FRANCISCA, se la lleva hacia el fondo del teatro y se pone delante
de ella para defenderla
CARLOS.- Eso no... Delante de mí nadie ha de
ofenderla.
FRANCISCA.- ¡Carlos!
CARLOS.- (A DON DIEGO.) Disimule usted mi
atrevimiento... He visto que la insultaban y no me he sabido contener.
DOÑA IRENE.- ¿Qué es lo que me sucede, Dios
mío? ¿Quién es usted?... ¿Qué acciones son éstas?... ¡Qué escándalo!
DON DIEGO.- Aquí no hay escándalos... Ése es
de quien su hija de usted está enamorada... Separarlos y matarlos viene a ser
lo mismo... Carlos... No importa... Abraza a tu mujer. (Se abrazan DON CARLOS y
DOÑA FRANCISCA, y después se arrodillan a los pies de DON DIEGO.)
DOÑA IRENE.- ¿Conque su sobrino de usted?...
DON DIEGO.- Sí, señora; mi sobrino, que con
sus palmadas, y su música, y su papel me ha dado la noche más terrible que he
tenido en mi vida... ¿Qué es esto, hijos míos, qué es esto?
FRANCISCA.- ¿Conque usted nos perdona y nos
hace felices?
DIEGO.- Sí, prendas de mi alma... Sí. (Los
hace levantar con expresión de ternura.)
IRENE.- ¿Y es posible que usted se determina a
hacer un sacrificio?...
DIEGO.- Yo pude separarlos para siempre y
gozar tranquilamente la posesión de esta niña amable, pero ¡Carlos!... ¡Paquita!
DON CARLOS.- Si nuestro amor (Besándole las
manos.) , si nuestro agradecimiento pueden bastar a consolar a usted en tanta
pérdida...
DOÑA IRENE.- ¡Conque el bueno de Don Carlos!
Vaya que...
DIEGO.- Él y su hija de usted estaban locos de
amor, mientras que usted y las tías fundaban castillos en el aire, y me
llenaban la cabeza de ilusiones, que han desaparecido como un sueño... Esto
resulta del abuso de autoridad, de la opresión que la juventud padece; éstas
son las seguridades que dan los padres y los tutores, y esto lo que se debe
fiar en el sí de las niñas... Por una casualidad he sabido a tiempo el error en
que estaba... ¡Ay de aquellos que lo saben tarde!
DOÑA IRENE.- En fin, Dios los haga buenos, y
que por muchos años se gocen... Venga usted acá, señor; venga usted, que quiero
abrazarle. (Abrazando a DON CARLOS, DOÑA FRANCISCA se arrodilla y besa la mano
de su madre.) Hija, Francisquita. ¡Vaya! Buena elección has tenido... Cierto
que es un mozo muy galán... Morenillo, pero tiene un mirar de ojos muy
hechicero.
FRANCISCA.- Pero ¿ves qué alegría tan
grande?... ¡Y tú, como me quieres tanto!... Siempre, siempre serás mi amiga.
DON DIEGO.- Paquita hermosa (Abraza a DOÑA
FRANCISCA.) recibe los primeros abrazos
de tu nuevo padre... No temo ya la soledad terrible que amenazaba a mi vejez...
Vosotros (Asiendo de las manos a DOÑA FRANCISCA y CARLOS.) seréis la delicia de mi corazón; el
primer fruto de vuestro amor... sí, hijos, aquél... no hay remedio, aquél es
para mí. Y cuando le acaricie en mis brazos, podré decir: a mí me debe su
existencia este niño inocente; si sus padres viven, si son felices, yo he sido
la causa.
CARLOS.- ¡Bendita sea tanta bondad!
El sí de las niñas denuncia la autoridad que ejercen los padres
ResponderBorrarsobre sus hijas respecto al matrimonio, obligándolas a tomar por marido al mejor partido financiero. Esta obra adelanta la igualdad de la mujer en la sociedad, animando pues, a rectificar las costumbres y tradiciones de su tiempo.
El sí de las niñas denuncia la autoridad que ejercen los padres
ResponderBorrarsobre sus hijas respecto al matrimonio, obligándolas a tomar por marido al mejor partido financiero. Esta obra adelanta la igualdad de la mujer en la sociedad, animando pues, a cambiar las costumbres y tradiciones de su tiempo.